 Hace más de un año que el mundo se prepara para este día clave, el de las elecciones presidenciales en los EEUU. No ha sido un año fácil para el mundo en general, y si gana Bush, el año 2005 será más difícil aún. Ya lo advierte (sin eufemismos) Otto Reich (Asesor de la campaña electoral de Bush):
[...] Yo trabajé los últimos tres años para el presidente Bush. Lo he visto de cerca abogar con sinceridad y emoción por la causa de la libertad de Cuba, igualmente con jefes de estado extranjeros que con miembros del Congreso. Conozco los pasos que ha dado para lograr ese fin y sé que quiere hacer aún más. Sé que es el presidente de EE UU que tomará las acciones necesarias para evitar un «castrismo sin Castro» tras la caída de Castro [...] El presidente Bush ha dado los pasos más importantes desde la Administración Reagan para debilitar al régimen de Castro. El fin del régimen se acerca. Aún el regalo por parte de Hugo Chávez de 1,200 millones de dólares anuales en petróleo venezolano no puede evitar el desmoronamiento de la revolución. La decisión de Castro esta semana de prohibir de nuevo el uso del dólar demuestra su desesperación. Bush se merece el apoyo enérgico de todos los ciudadanos que abogan por la libertad de Cuba. Los cubanoamericanos ayudaron a decidir la contienda electoral de hace cuatro años con su decisivo apoyo a Bush. Lo deben hacer de nuevo este año porque el futuro de Cuba, al igual que el de EE UU, lo requiere.
Y cuando lo haga, irán por más a Venezuela, con lo agradable que le resulta el olor a petróleo a los EEUU y la magnífica oportunidad de matar dos pájaros de un tiro al derrocar también a Chávez; esta afirmación no sale de ninguna bola de cristal ni tiene aires premonitorios sino que resulta de una lógica primaria que se vislumbra a partir de la transparente política colonialista del "gran país del norte".
A partir de ese hecho, ya no me animo a seguir previendo consecuencias, ya que dependen de que el resto de latinoamérica tome una posición conjunta, lo que no está muy a la vista. El único presidente con una posición firme (sin tomar en cuenta a Chávez) que adoptó una clara actitud ante los organismos internacionales fue el presidente argentino Néstor Kirchner, seguido a lo lejos por Ignacio Lula da Silva (primer mandatario de Brasil) que, sin embargo, maneja su discurso populista por un lado y sus acciones por otro bien distinto, ofreciendo constantes guiños de ojo al FMI y pagando todas las cuotas en término, en un país sumido en una profunda y visceral miseria, sin clase media, y con una vergonzosa corrupción.
Con el resto de latinoamérica, para muestra basta un botón, a través de la fuerza bruta que ofrece el poder económico a través el concepto de "deudores y acreedores" (Nietzsche, Genealogía de la Moral, Tratado II), que hoy está modernizado para parecer menos explícito y ser mucho más duro, los países siguen sometidos y espectantes del próximo pedido unilateral de acciones que van en contra de su buena salud, es decir, el sometimiento latinoamericano es económico porque latinoamérica es "deudora" y, a su vez, esas deudas, preparadas para ser impagables (¿alguien conoce algún país que haya terminado de pagar su deuda externa? Sin querer llegar tan lejos, ¿que la haya disminuido?), funcionan como mecanismo de presión hasta que terminan aggiornadas en un clara relación patrón-esclavo, como sucede hoy, en días de empobrecimiento global y constante de los países bajo este régimen.
Lo que hoy se le critica a EEUU es que sea explícito en la barbarie (guerra de Irak), pero esa barbarie siempre existió, aún sin lanzar ni una bomba.
Que gane Kerry no cambiará esta escena, pero si gana Bush, la aceleración del proceso está garantida, y con estas visiones, ya no habrá lugar ni siquiera para la esperanza.
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por drádego @ 04:28 |
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