Que un diario con el peso que tiene el New York Times, dedique una editorial y se exponga de esa manera, es mucho. Nada cambiará al terrorismo mediático, pero esas luces que a veces aparecen desde lo lejos, por lo menos, nos dejan apreciar un poco los detalles del cuarto.
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Viene a mi casa para hablar mal de mí, lo saco a patadas en el culo, y después me entero que él sabía las consecuencias de su visita y armó un circo político. Gente de mierda, ¿no?
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