Dije hasta mañana, pero no pude despegarme de la pantalla de este computador, no pude despegarme de mi paquete de cigarrillos, y menos aún vaciar el cenicero hastiado de colillas mutiladas y quemadas.
Esta noche siento la presencia del demonio.
Entre todas las cosas que alguna vez supuse, entre toda esa fantasía que se dibuja cada vez que abro los ojos, nunca podría concebir nada distinto de lo que se me presenta como verdadero, aún a sabiendas de que lo verdadero no existe.
Ese rapto de conciencia de la realidad no hace más que afirmar que lo que alguna vez es conciencia, lo que forma parte de lo conciente es porque en realidad jamás conoceremos al resto de cosas que nos rodean, nuestra conciencia es la demostración más clara de que somos unos inconscientes.
Y es en ese momento que se produce esa crisis existencial, apañados desde hace siglos con aquellas doctrinas que se nos dieron como legado de la "precivilización", aquellas que eran necesarias para comenzar a alimentar el pensamiento humano, se transformaron desde el comienzo de la historia (otro ente abstracto) en una espada invisible que es la que más nos lastima, somos lastimados, injuriados, maltratados, lacerados y masacrados por algo que no existe.
La irrealidad nos hace más daño que lo tangible, lo que nos mata no son las armas, son los conceptos, los puntos de apoyo.
Lo que nos mata es lo mismo que nos ayuda a caminar, son nuestras piernas. Es lo mismo que nos da de comer, nuestros brazos. Es lo mismo que nos ayuda a pensar, nuestro cerebro pervertido.
Y dios se jacta de haber creado animales racionales, como si en vez de tener que demandarlo por daños y perjuicios, tuviéramos que agradecerle.
No les crean: la vida no es linda.
Ahora sí, hasta mañana.
[¿e-mail al autor?]
# escrito
por drádego @ 01:29 |