<$BlogRSDUrl$>
>
Santos y demonios está ahora en http://www.santosydemonios.com.ar
miércoles, agosto 04, 2004
.:: Un espontáneo de cuaderno ::.  
Los textos espontáneos son los que menos conocemos. La mayoría de las veces nos llega esa literatura elaborada por su autor que al haber presentado su obra, se tomó el tiempo previo de corregirla, cambiarla, ponerle o sacarle elementos ó redactar de nuevo alguna que otra parte. Un servidor es un escriba espontáno, no de esos que saben escribir de verdad, no tengo compromiso literario con nadie, y la literatura que genero es más un juego placentero que cualquier otra cosa (sin embargo, me gustaría tener todo el tiempo del día para jugar), entonces poco me interesa ingresar en un moldeado de formas que, a veces, cuando lo ensayo, no me suena natural, no tengo ese don. Por eso pienso, si hubiere sido de esa manera, si me hubiere exigido alguna otra cosa contra natura, lo más probable es que el 99% de mis textos hubieren terminado en el tacho de basura (en realidad, aún así, el 95% terminó ahí, digamos que me doy lugar a preservar ese 4% huérfano, una obra de bien conmigo mismo). Por eso, sin nada que perder, y porque este espacio siempre me lo permitió, les presento este texto informal que escribí ayer, de forma espontánea, en algún bar lindero a la Bahía de Todos los Santos (lo que quizá también, sea una manera de evadirme).




No soporto que una morena bonita me mire. En primer lugar, porque son mi talón de aquiles, y un servidor, es un hombre de familia.

Pues ahora, estoy aquí en este bar, el de Carlinhos el de las estrellas, sentado en una mesa roja que anuncia BRAHMA por todos lados, con mi cuaderno y caneta prestada, escribiendo nada de lo que iba a escribir. Y ahí está la morena, no me animo a levantar la vista porque cruzamos miradas y no respondo de mí, por lo que dejo fluir esta modesta literatura. ¿Mirar de nuevo las estrellas? No, ya probé, hoy no me seducen, hoy sólo me seduce la morena de pelo enrulado con grandes tetas y bien dispuesta.

Otro camión con acoplado pasa al lado de mi mesa, ¿será que alguna vez caerá sobre mi cabeza ese container? Pero hoy no, hoy está la morena, qué ridículo sería para mi imagen de hombre serio que escribe en su cuaderno cual intelectual de utilería, que un container cayera sobre su cabeza. Qué impresentable que quedaría para futuros romances. Más que nada pensando en la morena que en este momento me acaba de regalar una sonrisa.

Otro trago de ginebra mientras sigo con este escrito (no sé qué me pasa, todo el bar me mira, comenzando por la botella de ginebra que descansa en un estante oxidado detrás de la barra, hasta un habitué pasado en copas está parado pensando en alguna cosa que jamás sabremos).

Por otro lado, releo el texto, este texto espontáneo que no puede evitar el vicio nervioso que tengo de escribir y no sé por qué se me vienen las imágenes de aquellos que escriben cosas tan bonitas, y pienso que soy incapaz de escribir demasiada estética. Pero, esos estéticos, no tienen en este momento a su lado o muy cerca de esta morena. (Supongo que tendrán otras, morenas o no, pero no tienen a ésta, a esta deliciosa morena). Me acaba de mirar, y percibí lo que me quiso decir “idiota, te estoy mirando, te estoy sonriendo, te estoy seduciendo ¿y seguís escribiendo pelutodeces como un alienado en ese cuaderno?” Ya dejó de sonreír.

No morena, no dejes de sonreír, tu sonrisa de mulata es el símbolo de la alegría, nunca pierdas esa sonrisa por favor. Pienso eso y luego pienso qué cursis resultan a veces los pensamientos, si tuviera ese don, bastaría, aún con mi timidez, que tiene la virtud de disfrazarse de desinterés, de regalarle un texto.

¿Nadie tuvo nunca la idea del texto perfecto? Es decir, ese texto irreductible que resultaría más de una conjunción natural de los protones, electrones y átomos que forman la tinta (no sé cómo hacer un upgrade al mundo digital), ese que no tendría ni palabras de más ni palabras de menos. Todos los días sueño con ese texto. Es un tesoro que sólo encontrará aquel escritor que siga el mapa, un mapa que hasta podría encontrarse en algún shopping de moda. Eso sí, cuidado con los supermercados que se prenden fuego y la puerta de salida de la muerte está vedada por los aduladores de lo fútil (de paso, un abrazo y mis condolencias para el pueblo paraguayo).

Disculpen. La morena me habló, con mucha simpatía. No sé qué fue lo que me dijo, pero no me animé a decirle que repitiera, ya no sonaría igual, quiero decir, con esa gracia y entusiasmo con que me lo dijo, entonces me quedo con todo ese mensaje implícito, más que con las palabras, es que con su gesto al hablar, expresó todo lo que precisaba percibir. Asentí, sin dudas.


[¿e-mail al autor?]

# escrito por drádego @ 23:11
Santos & Demonios se mudó a http://www.santosydemonios.com.ar.



Para suscribirse a Santos y Demonios, ingrese su dirección de correo:



Creative Commons License
Todos los textos aquí publicados son de la autoría del titular del blog excepto donde sea aclarado lo contrario. Pueden hacer uso de los textos con total libertad siempre que se cite la fuente.

Fotologs del autor


Ultimos mensajes
en el grupo

Estamos leyendo:

Unase al grupo
de lectura


Última actualización:

El e-book de la Semana

Música de la Semana

Archivos varios - download

Otros blogs del autor

Archivo por mes


Blogósfera amiga
Links Generales



Listed on BlogShares


.:: Santos y Demonios - Edgardo Balduccio - 2004 ::.