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[continúa del post anterior]
Ay mísero de mí, Ay infelice
Apurar cielos pretendo, ya que me tratáis así
¿Qué delito cometí, contra vosotros naciendo?
Aunque si nací ya entiendo, que delito he cometido
Bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor
Pues el delito mayor, del hombre, es haber nacido
No es mi intención hacer de estos pocos escritos una autobiografía, sólo llegamos hasta el año 1994, y créanme que no les conté ni siquiera un ápice milimétrico de mi inexistencia. Cada vez que me aparece un recuerdo, mientras lo rememoro y hago su minuciosa disección, se multiplica por cuatro. Quizá para que aparezcan todos esos recuerdos escritos tengan que esperar a que me haga famoso y millonario, o liberte a algún país atormentado por los gigantes económicos y aparezca muerto en el medio de algún mato. En cualquiera de esas circunstancias, supongo que alguien se interesará por esa biografía eternamente inconclusa y banal.
Lo cierto es que esos recuerdos tienen que ver con Santos y Demonios, que tiene menos de dos meses de vida, y, hoy en día, se me aparece como que nunca hubiera dejado de estar. Me succionó de mi modus vivendi de una manera asustadora, pasé noches casi sin dormir, fue mencionado en Clarín, sufrí una visita de más de 3000 personas en un día (a través de la investigación del asesinato de Berg), me distrajo peligrosamente del trabajo que me sustenta, cuando mi mujer me llamaba para ver las carreras los domingos, y con un “ya voy” eterno, llegaba siempre cuando había ganado Schumacher.
Con las 3000 visitas me asusté. Me daba miedo hasta de mirar a la pantalla, no sabía qué poner en la próxima entrega (no por falta de material, sino porque todo lo que escribía me parecía mal), créanme que hasta evalué la posibilidad de abandonar este lugar y que se pudra en el ciberespacio comido por virus informáticos. No podría haber asumido todo ese compromiso yo solo.
Conclusión
El título, que ilustra estas últimas entregas, de Sueño de una Noche de Verano, no tiene que ver con Shakespeare (quizá más con La Vida es Sueño de Calderón de la Barca), en este caso. Un sueño puede ser de una noche de verano aún estando en invierno, más aquí en la Bahía que en invierno hace 35 grados a la sombra.
Eso me pasó anoche, tuve un sueño, de caluroso verano, que me motivó a introducirlo con toda esa parafernalia verborrágica que pudieron ver. Con la enfermedad blogeril que adquirí, soñé con muchos blogs que volaban por mi habitación y se transformaban en personas cyber blogs fácilmente configurables, con Templates adaptables al clima y de distintos sabores. De repente el Blog se presentó en una de las paredes del cuarto. Era de color Verde Mascei (RGB 23,255,12), recuerdo el tono y no podría haber sido otro, en todo caso le agregaríamos uno o dos puntos de azul. Tenía cuatro links a la derecha, creo que eran nombres. Los cyber blogs discutían por el Template verde, no tenía que ser verde, ¿o sí? Los cyber blogs no querían años, tampoco querían solemnidad ni mucho menos texturas, uno de ellos hizo un manual, otro una copia que la llamó testigo. Tres de los cyber blogs se habían colgado de las aristas, el cuarto, estaba por dar el salto, los otros, con sana impaciencia, lo esperaban…
Pero como decía Calderón, hablamos de sueños, y los sueños, sueños son.
(ya no hay continuación, (de nada) ahora sí, este cyber blog, vuelve a su día a día, si Ud., desde el primer post del paréntesis, tuvo el coraje de llegar hasta aquí, reciba mi abrazo y mis más calurosas felicitaciones).
[¿Mail?]
# escrito
por drádego @ 00:24 |
Santos y demonios está ahora en http://www.santosydemonios.com.ar
