Estaba dispuesto a dar una última reflexión del caso Berg, pero me inundó ese viejo prejuicio que presiona el cuello a los que alguna vez trabajamos en medios de comunicación que se resume en cuatro maléficas palabras: "ya no es noticia" y desemboca en otras tres: "ya no interesa". Poco respeto tendré de esos fantasmas que osan acosarme, ellos no son "yo", son esas leyes implícitas que resultan de un legado de alguien que no conozco, pero que revela sus objetivos. Un planteo mercantilista, el medio de comunicación "vende" (y compra) sus noticias para no aburrir a los consumidores, está ávido de nuevas y frescas informaciones terribles para alimentar ese consumo que mantiene entretenido al devorador de horrores.
Después de todos estos días, la vertiginosidad del bombardeo de información nos ha sedado de nuevo de algunos temas y nos ha inyectado intravenosas de otros. El concepto de noticia que se maneja en el periodismo se une a esa vertiginosidad a través del deber de "mantener informado" al pópulo, y el hambre de noticias y primeras planas es lastimosamente saciado por las atrocidades a las que, expuestos, ya no tocan nuestra fibra del asombro y del horror. Estamos ante un caso absolutamente maquiavélico, el periodista vibra ante el horror porque supone que si la calidad y la frescura de la información son suficientes, tendrá elementos para su crecimiento profesional dentro de su medio de trabajo. Del otro lado, los consumidores de ese horror, ya insensibles, discuten los hechos más aberrantes que miran a través del noticiero televisivo mientras le piden al familiar más cercano que le alcance la fuente y le sirva un vaso de vino, "por favor".
Pero un servidor no se olvida de Berg. A pesar de que ya nadie habla del caso, se niega rotundamente al olvido. A pesar de la gran difusión de varios blogs (y lugares de información, pero "underground") norteamericanos que hablaron del fraude del video, tanto el gobierno como la prensa, hicieron silencio de radio. excepto algunos medios de comunicación que publicitaron "por las aristas" esos sites con pequeñas notas al margen con títulos como este: "Bloggers dudan del video de Berg", de esta manera eufemística restan importancia al asunto ya que son sólo los "bloggers" los que dudan, "no nosotros, los medios importantes".
Entonces, discúlpenme los que sientan que leen "noticias viejas" habiendo tantas nuevas para ser comentadas (por ejemplo el ataque norteamericano en Irak a una boda donde murieron más de cuarenta personas entre hombres mujeres y niños), es que un servidor no es un gran medio de comunicación independiente con grandes recursos como para abarcar todos los temas que querría y de la manera que querría, sin hablar aún de la tendencia que tomó este espacio hace más de una semana, antes sólo pretendía hacer comentarios (con un perfil mucho más bajo) que repasen tópicos de cultura, arte, literatura y por qué no alguno de actualidad, pero la sangre tira, uno no va hacia donde supone que quiere sino hacia donde se lleva a sí mismo, y de repente se encuentra con un video que es entregado al planeta donde algunos aspirantes a "Tortugas Ninja" o a personajes del "Mortal Kombat V" aparecen caracterizados y resulta el horror, el mundo repudió este aberrante hecho efectuado por mano de "terroristas islámicos" de utilería, mientras por algunos minutos se olvidó de los ultrajes por mano de los soldaditos de plomo, ahí saltó el Dios Bush con su bandera en una mano y la antorcha de la justicia divina en lo alto en la otra y dijo que "fue un hecho aberrante" y que iba a investigar hasta las últimas consecuencias, y en paralelo, a uno de los partícipes de las crueles torturas y vejaciones sexuales esa "justicia divina" le dio sólo un año de carcel y la "reducción a soldado raso" (ni siquiera lo echaron del ejército, así que, supongo, seguirá cobrando su "alícuota" mensual, aún de soldado raso).
En la investigación que hemos acompañado estos días, hay innumerables elementos que, como habíamos dicho, marcan una tendencia inequívoca: el video de Berg es una farsa. Cuidado, es una tendencia, no una conclusión probada en un cien por ciento, y aquí es donde entra la imagen hollywoodense:
La policía entra a la habitación y encuentra al hombre con un cuchillo empapado de sangre en la mano, su ropa y su cara está manchada y salpicada con más sangre, y a su lado, en el suelo, la víctima ya sin vida y con el cuerpo tibio ya que acaba de ser asesinada por ese mismo cuchillo. Pero esta persona, antes de que llegue la policía, acababa de entrar por casualidad, se resbaló y cayó en el charco de sangre, y agarró el cuchillo ya que estaba tirado debajo de él.
(Si debiéramos traducirlo a la realidad, los policías hubieran entrado, visto al supuesto asesino, le hubieran dicho que se bañe y vaya para casa "que es tarde" y que ellos mismos se ocuparían de llevar el cuerpo a la morgue. Al otro día saldría el caso en el diario, habría alguna persona que pensaría, "pero es el asesino", otros lo afirmarían moviendo la cabeza de arriba para abajo y de abajo para arriba mientras fruncen la pera y todos felices, qué se le va a hacer, "nuestro mundo es así").
¿Pero cuál sería la tendencia inequívoca? Que estamos frente al asesino.
Con esos elementos, en un juicio oral y público, ¿cuál sería el veredicto?
Por lo menos tendría que investigarse el caso, sin dudas, ese muchachito inocente contratará a Petrocelli y al final del filme se descubrirá que el asesino es el entregador de Pizza en el barrio...
Pero hablamos de Hollywood, dejemos para Hollywood lo que es de Hollywood, y demos a la realidad lo que la realidad merece, y nadie -excepto algunos idiotas de turno "habladores para paredes" como un servidor, y los que acompañan el caso, claro- le está dando importancia, aquí no hay ningún Petrocelli que pueda ayudar a las Tortugas Ninja ya que ni siquiera hay un acusador con poder para enfrentar a los mercenarios corruptos que están masacrando, de a poco, la poca dignidad que queda en todos aquellos, nuestros pueblos, zambullidos en una miseria, que cada día, nos sensibiliza menos.
[¿Mail?]
# escrito
por drádego @ 13:59 |
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